Justo hoy hace una semana de nuestra visita al CEIP Ángel León en Colmenar Viejo. Fue el viernes 30 de enero, Día Mundial de la No Violencia y la Paz.
Cuando en la mayoría de los centros escolares se celebra dicho día con pequeños actos solidarios en los que participa todo el centro, en el CEIP Ángel León lo hicieron…a lo grande. Grande como el propio colegio y todos y cada uno de los que pertenecen a él.
Grande porque en este centro han decidido participar toooodas las clases (excepto los alumnos de 3 y 4 años por eso de que todavía no dominan la escritura que si no…). Se han implicado 14 docentes en este proyecto…a lo grande. Serán 17 libros los que publicaremos para su más de medio millar de escritores y por eso, han decidido también colaborar a lo grande.
Tres son las causas solidarias que se verán beneficiadas del derroche de imaginación, creatividad, esfuerzo también y mucha, mucha ilusión.
La Asociación Pablo Ugarte es una de ellas como no podía ser de otro modo porque, como me comentaba Belén la encantadora Jefa de Estudios, “Mariano (su Presidente) es como de casa”. La Fundación Theodora es otra de las implicadas junto con la Asociación Soulcan.
Por eso, desde que decidieron a primero de curso colaborar a lo grande, fijaron el Día de la Paz y la Solidaridad como el día perfecto para que estas organizaciones visitaran el centro con el objetivo de que los alumnos-escritores conocieran más de cerca a qué se dedican.
La climatología no quiso acompañarnos demasiado pues, aunque solo chispeaba, el viento no permitió realizar la actividad fuera. De este modo dividimos la mañana en dos sesiones en el gimnasio del colegio siendo la primera para los más peques. Eso sí, tuvimos el regalo de un Arcoiris…a lo grande!
Primero les conté la evolución de CEN con C. Cómo, desde unos simples deberes de lengua “hemos ido haciendo montoncitos de libros” año a año para ayudar a los demás. Pero la atención de estos pequeños (y de los mayores también) estaba puesta en Dora (la perrita de Soulcan), de modo que no me extendí demasiado.
A continuación Ana y Sara de la Asociación Soulcan presentaron a Dora (sí, sí, como Dora La Exploradora) al gran público expectante. La perrita hizo las delicias de los niños mostrándoles cómo sabía saludar, taparse la cara por vergüenza, reconocer colores, girar sobre sí misma, pasar por debajo de las piernas, arrastrarse…todo ello con un único fin: poder servir de ayuda a personas que la necesitan.
Pero si resultaba complicado mantener su atención estando Dora presente, tampoco la presencia de la Doctora Sonrisas Zepi de la Fundación Theodora ayudaba demasiado…
De modo que le dimos rienda suelta a su “magia” y nos lo pasamos cómo no…
¡EN GRANDE!
La Doctora Zepi les contó a los chicos la enoooorme suerte que tenían de poder estar sanos en el colegio porque por muchas salas chulas que pueda haber en los Hospitales, por muy bonitas que pinten las paredes o por muchas visitas que puedan hacerte los Doctores Sonrisas…no hay nada, nada, nada mejor como estar en casita.
Zepi hizo las delicias de grandes y mayores con sus canciones y bailes infantiles y ¡con su magia! Todavía hoy le sigo dando vueltas a cómo consiguió que un cuaderno de hojas pudiera llenarse de dibujos en blanco y negro primero y a todo color después…
Y para terminar…ronda de preguntas. Manos alzadas “sin pensar” pues cuando les acercábamos el micrófono, les entraba la misma vergüenza que a nuestra Dora…
Tras un breve parón para reponer fuerzas en el comedor del colegio tomándonos un pequeño refrigerio, tuvimos la sesión con los más mayores. Si bien a ellos la presencia de Dora y la Doctora Zepi también les resultaba curiosa, su atención fue mayor y pudimos extendernos un poquito más en la explicación de nuestro proyecto.
Al finalizar me invitaron a compartir el menú del cole pero antes teníamos frente a nosotros un gran reto que conseguir: recoger los cuentos, los prólogos, las portadas, los dibujos, las dedicatorias y las autorizaciones de 22 clases participantes. Con ayuda de todos y rodeados de un ambiente de “muy buen rollo” entre los docentes, entre bromas y risas no resultó tan complicado.
Así pues, tras una comida en tan buena compañía me despedí cargada de carpetas y más carpetas y un pequeño dispositivo (un pincho coloquialmente hablando) en el que ¡parecía increíble que pudiera contener tanta información! A veces esto de la tecnología “asusta” un poco…
Asusta sí, pero más me asustó ver, según salía hacia Pozuelo desde Colmenar, un panel informativo que me avisaba de un accidente en la M-607 aconsejándonos hacer uso de la vía de servicio. Me armé de paciencia, puse la radio, sintonicé una buena emisora y…. ¡chicos, no me esperéis a cenar!
Ahora estamos sumergidos en plena vorágine de revisión de material, maquetación de libros y diseño de las 40 portadas para los 40 libros solidarios que finalmente verán la luz…con un poquito de suerte hacia el Día del Libro (como ya viene siendo habitual).
Confiamos en que para esa fecha esta ola de frío nos haya abandonado y podamos regalar y repartir los ejemplares con un poquito de más calorcito en el cuerpo.