¡De fábula!
Así fue nuestra visita a los alumnos de 5º y 6º de primaria del CEIP Infanta Elena y del CEIP San José Obrero respectivamente. Colegios fieles a su causa solidaria pues por 6º año consecutivo, van a escribir sus cuentos en favor de la misma Fundación: Menudos Corazones.
Y de fábula también comenzó nuestra charla de sensibilización:
“Erase una vez un asno muy mayor que se cayó dentro de una zanja muy profunda. Su amo, al verlo, valoró la situación y pensó que no merecía la pena sacarle de allí para los cuatro días que le quedaban de vida. Así pues, decidió darle sepultura allí mismo y pidió ayuda a las gentes del pueblo para que le ayudasen a tapar la zanja con tierra.
El pobre asno, que estaba muy asustado, comenzó a sentir cómo caía la tierra sobre su viejo lomo. No lograba comprender qué estaba ocurriendo. Hasta que se dio cuenta de las intenciones de los de arriba: ¡querían enterrarle! ¡Nadie iba a sacarle de allí!
Al principio el asno se dejó vencer, agachó la cabeza y se resignó. Hasta que una voz en su interior le dijo:
“Hoy no es tu día, si quieres puedes salir por tus propios medios”.
El asno, lleno de una nueva energía, se sacudió de encima la tierra que estaba sobre su lomo y vio caerla bajo sus pies. En una nueva sacudida observó cómo la tierra iba formando un montículo cada vez mayor que le iba subiendo hacia arriba.
Las gentes del pueblo se dieron cuenta de la estrategia del asno y, a pesar de continuar haciendo lo mismo y seguir echándole tierra encima, el resultado era totalmente distinto debido al cambio de actitud del asno.
Y así fue como el asno, al poco tiempo, pudo salir de la zanja y vivir el resto de sus días disfrutando del sol y de la vida.
Moraleja: Por muy duras que sean las circunstancias que te rodean siempre puedes cambiar tu actitud, darles la vuelta, sacudírtelas de encima y hacer de ellas tu salvavidas.“
Con esta fábula les explicamos a los alumnos que el camino de CEN con C no siempre había sido fácil. Que convertir unos deberes de lengua en 125 libros solidarios no es cuestión de magia ni de un gran talento. Pero sí de perseverar, confiar e ilusionar. Hubo voces en su día que nos aconsejaban desistir en nuestro intento porque “iba a ser muy complicado”, “nadie iba a querer participar” o “iba a llevar mucho tiempo y mucho trabajo”. Pero, a pesar de todo, nosotros creíamos en lo que hacíamos y por eso lo veíamos “fácil”…o, al menos, no tan difícil.
A continuación María, la Presidenta de Menudos Corazones, les contó a los chicos y chicas qué hace la Fundación para facilitarles la vida a los niños y niñas que nacen con un corazón diferente.
María les explicó también: qué es una cardiopatía congénita, qué tamaño tiene el corazón de un recién nacido, qué es un catéter, una arritmia o un trasplante, la necesidad de adaptar las reparaciones que se les hacen a los niños en su corazón a medida que van creciendo, lo importante que es cuidar de nuestro corazón aunque no tengamos problemas, el miedo a las agujas o el mido a sentirse diferente.
Les informó de que la donación recibida por la venta del libro que escriban entre todos, servirá para publicar otros libros de cómics, escritos por niños miembros de la Fundación sobre sus propias experiencias personales, con el objetivo de compartirlas con otros chicos y chicas que están pasando por lo mismo.
Y para terminar María hizo magia.
Les mostró a los alumnos una taza con un corazón solo, aislado y rodeado de un negro absoluto. A continuación echó agua fría y pronunció ella sola las palabras mágicas de Abracadabra…pero no sucedió nada.
Luego cogió un termo y vertió agua caliente en la taza pronunciando esta vez entre todos las palabras mágicas. Y entonces… ¡Tachán! El color negro comenzó a desaparecer mostrando un fondo de color rosa plagado de pequeños corazones que rodeaban al corazón solitario.
¡Ese es el truco! ¡Darle calor a todo lo que nos propongamos hacer en la vida! Por pequeño que sea…como la simple redacción de un cuento.