Por más que presionara y pulsara las teclas de mi ordenador, no encontraría palabras suficientes para describir lo que se siente al volver al colegio de mis hijos donde sembramos la semilla de lo que es, a día de hoy, CEN con C.
Partiendo de esta premisa os cuento que esta mañana en la biblioteca del CEIPSO Príncipes de Asturias, aguardábamos la llegada de los alumnos de 4º de Primaria dispuestos a escribir cuentos para apoyar la labor de CEN con C y colaborar con la Asociación Animalwelfare.
Hablarles a estos niñ@s sobre mis hijos y de CEN con C ha sido sencillo pues existían muchas conexiones:
¡Mi prima Sofía estaba en el comedor del colegio el día que Marcos atravesó el cristal!
¡Mi hermano escribió cuentos el año pasado!
¡Mi hermana escribió cuentos hace dos años!
¡Yo conozco a tu hijo pequeño Iván porque jugamos juntos al baloncesto!
¡Todos conocemos a María, la profesora que le puso los deberes de lengua a Marcos!
Y es que fue en este colegio donde hace seis años, María les puso como tarea a los alumnos de 4º de Primaria escribir una autobiografía. Una autobiografía repleta de accidentadas anécdotas que Marcos escribiría convertiéndose en la inspiración de un cuento titulado Todo me pasa a mí escrito por mí (su madre). Un cuento que sería publicado como ganador de un certamen literario y que Marcos mostraría orgulloso a su profesora. Una estupenda profesora que me invitaría a compartir mi experiencia con la clase de mi hijo. Experiencia que daría lugar a la escucha de varios cuentos escritos por los compañeros de mi hijo y que terminarían siendo publicados en el primer libro solidario. Un libro que llevó por título Deseos Cumplidos que contribuiría a que el deseo de Rocío, una niña con leucemia, de conocer Venecia se viera cumplido con el apoyo de la Fundación Pequeño Deseo.
Y tras Deseos Cumplidos…125 libros más publicados sumando este año 42 a esta preciosa cadena solidaria.
Uno de ellos lo escribirán los alumnos de 4º de Primaria para colaborar con la Asociación Animalwelfare. Y para que los futuros escritores tuvieran información de primera mano sobre esta asociación, ha venido conmigo Ernesto. En esta ocasión Leo y Winy (los perros) se han tenido que quedar fuera del colegio por temor a que surgiera alguna alergia sobre pelo de animal no detectada, pero nos hemos comprometido con ellos a intentar que estén presentes el día de la presentación de su libro. Desde aquí avisamos con todo nuestro cariño a Inma, nuestra Jefa de Estudios de Primaria, que no nos damos por vencidos fácilmente.
Así pues, nos hemos enfrentado al gran reto de conseguir captar la atención de 50 niñ@s de nueve años durante 60 minutos. Y la verdad, podemos decir con orgullo que hemos salido airosos de la situación.
La historia de CEN con C siempre engancha y más cuando el protagonista había sido alumno de ese colegio. Y la historia de Ernesto, fundador de la Asociación Animalwelfare tampoco se queda atrás. Porque la vive mientras la cuenta y transmite emoción y sentimiento en todas y cada una de sus palabras. Yo, que tenía delante las caras de los niños, veía reflejadas en ellas emociones tan diferentes como:
– la ternura, cuando Ernesto les hablaba de Leo siendo apenas un cachorro;
– la alegría, al contarles que Leo se convirtió en un joven macho cuasi-perfecto pensando Ernesto que todo había sido gracias a sus conocimientos sobre animales;
– el horror, cuando describía los collares de castigo que “un profesional” le había recomendado cuando Leo comenzó a “dar problemas” peleándose con otros perros;
– la tristeza, cuando Ernesto les mostraba la mirada de infelicidad de Leo y sus orejas caídas cuando llevaba esos collares;
– la euforia, al saber que esos collares los había tirado a la basura cuando su amigo Agustín le hizo ver que sí, que Leo obedecía pero que no era feliz;
– la empatía, cuando Ernesto les contaba que se educa desde el refuerzo positivo, desde el cariño y desde la recompensa en lugar de recurrir al castigo, la amenaza y la imposición.
Porque no hay niño que no sepa que por las buenas se consigue mucho más que por las malas; aunque a veces nosotros como padres y educadores les demostremos lo contrario con nuestros actos.
Porque aunque consigamos, como decía Ernesto, que hagáis los deberes…Si lo hemos conseguido haciendo uso de la amenaza y el castigo, esa acción terminará por volverse en contra vuestro. Porque no los habréis hecho por decisión propia y en vuestro interior guardaréis un enfado que se traducirá, quizás, en una pelea en el parque con otro niño.
Pero si conseguimos motivaros lo suficiente como para que decidáis libremente hacer los deberes, vuestra autoestima se verá reforzada e iréis al parque contentos y felices dispuestos incluso a compartir vuestro patinete con el niño que os lo pida prestado.
Porque cuando recibes amor, das amor.
Porque cuando recibes cariño, das cariño.
Porque cuando te tratan con respeto, respetas a los demás.
Y eso hace Ernesto con sus perros. Trata con amor, cariño y respeto a animales con sus propios problemas emocionales para, una vez sanados, convertirles en compañeros de juegos de personas con dificultades para relacionarse con el mundo.
Como contaba Ernesto, es maravilloso ver cómo un hombre que se niega a caminar, lo acabe haciendo gracias a las ganas de querer pasear al lado de “su nuevo amigo”. O contemplar a niños con problemas para expresar sus sentimientos, abrazar con emoción a estos animales e imitarles en todo lo que hacen.
Mentiría si dijera que no hemos echado de menos a Leo y a Winy. Para Ernesto es inconcebible trabajar sin ellos porque forman parte de él. En mi caso, que nunca he tenido perro, reconozco que les he cogido cariño pero sobretodo me maravilla contemplar los sentimientos que despiertan en los niños cada vez que entran en escena.
Hay que verlo y confío, espero de corazón que estos pequeños escritores reciban como premio a su esfuerzo, además de su ejemplar de regalo, la visita de Leo y Winy. Inma, toma nota 😉
Para finalizar agradecer a Mabel, la valiente profesora que se enfrentará a la maravillosa tarea de corregir los cuentos de estos peques, su ilusión por el proyecto CEN con C y sus ganas de ayudar a los demás.