-A ver –pregunta Laura de la Federación Autismo Madrid a los alumnos de 5 años del CEIP Pablo Sarasate – ¿a quién se le dan bien las “mates”…?
-¿Las “mates” son “lo-de-las-sumas-y-restas”?– escucho como pregunta un niño a su compañera de al lado, mientras hago grandes esfuerzos para que no se me escape una carcajada…
-Yo creo que sí- contesta su compañera con un semblante muy “de mayor”…
Y acto seguido se ven tantas manos alzadas como niños hay en el aula…tantas que a Laura no le queda más remedio que echarse las manos a la cabeza…
¿El motivo de pedir voluntarios a los que “se les daban bien ciertas materias”? Sensibilizar nuevamente sobre el autismo como ya lo hicimos en el CEIP Legazpi hace un par de semanas.
Una vez más nos hemos dado cuenta de lo diferentes que somos todos y lo enriquecedoras que son precisamente esas diferencias. ¡Qué aburrido sería si todos fuéramos clones, si todos vistiéramos igual, pensáramos igual, reaccionáramos igual, sintiéramos igual…!
Porque son precisamente esas diferencias las que nos hacen mirar hacia dentro de nosotros y CRECER.
Gracias a un vídeo de Calliou los niños han aprendido que Andy, un niño con autismo, era más tímido que la mayoría de los niños de su clase y disfrutaba también haciendo cosas diferentes a los de la mayoría…
En botánica hay una idea preciosa llamada “la grieta de la timidez” que hace referencia a un hecho fascinante del cual he tenido conocimiento recientemente y que paso a relataros a continuación:
En los bosques tropicales hay ciertas especies muy “tímidas” que al crecer dejan entre ellas un espacio que se conoce como “grieta de la timidez”, hasta el punto de crear rendijas finísimas por donde puede entrar la luz creando un entorno maravilloso.
Estas especies coexisten entre las demás en perfecta armonía, comunicándose tal vez en un lenguaje antiquísimo que no sabe de palabras, pero demostrando que a veces en la naturaleza no tiene por qué sobrevivir solo el más fuerte. En ocasiones, el respeto muto crea la vida más hermosa.
Y como decíamos, sin esas diferencias…
¿Cómo íbamos a poner en práctica la paciencia si nada nos produjera molestia?
¿Cómo practicar la compasión si nada ni nadie nos enojara?
¿Cómo íbamos a aprender a ser valientes si no temiésemos a nada?
¿Cómo íbamos a poner en práctica la aceptación de los demás si controlásemos todos los aspectos de sus vidas?
Sentir diferente.
Pensar diferente.
Actuar diferente.
Es cosa de valientes
si tenemos siempre en mente
que tu libertad termina
donde empieza…
¡la del que tienes enfrente!
Pues bien, esta mañana han pasado por “nuestras manos”, además de los alumnos de 5 años, las dos clases de 3º de primaria que también han decidido embarcarse en esta aventura de escribir cuentos solidarios.
Con los “peques” tanto Laura como yo nos hemos derretido cuando Míriam y Bea, sus “profes”, nos han mostrado los contratos que habían firmado comprometiéndose a realizar el proyecto. Aquí los tenéis:
La verdad es que daba gusto ver como unos niños tan pequeños tienen tan “normalizado” el tema del autismo. Han sabido contestar muy bien a las preguntas que Laura les ha hecho y apenas tenían dudas sobre ello…quizás un:
-¿Y cómo hacen los niños que tienen autismo cuando se enfadan?
Porque la gran mayoría de preguntas eran comentarios propios de la edad del tipo: “Pues yo un día ..pues a mí una vez…” que si no los sabes cortar a tiempo, corres el riesgo de que toque el timbre y no hayas contado ni la mitad de lo que te habías propuesto…
Luego han llegado los alumnos de 3º de primaria. Solo en su forma de entrar a la biblioteca nos han dejado claro a Laura y a mí que era necesario sacar el “dedo mágico de las mamás”…ése que les cambia el semblante cuando lo levantan a la altura de su rostro y dicen con voz seria y firme: “al primero que vea…” Y ¡ha funcionado! Se han portado de maravilla y han estado muy atentos tanto al Cuento de los Cuentos Escritos por Niños como a las explicaciones de Laura.
Antes de despedirme, Laura me ha regalado un libro que comparto con vosotros. Es la IV edición de una recopilación de relatos cortos sobre el autismo, escritos por familiares y amigos de personas con Trastorno del Espectro del Autismo. Lo tengo en mi mesita de noche junto a un paquete de clínex porque los que me conocen bien, saben que soy de lágrima fácil…y algo me dice que estos relatos son de los que no te dejan indiferente…Como todavía soy de las que me tira más un buen libro que sentarme frente a “la caja tonta” y ya es tarde…os dejo hasta la próxima entrada.
Este viernes repetimos con Antonio de la Asociación Bir Lehlu en el CEIP Los Ángeles.