Creo que una de las cosas que más ILUSIÓN me hace de CEN con C es retomar el contacto con profesores que, tras cambiar de centro educativo, vuelven a contactar conmigo porque quieren repetir “la-experiencia-CEN-con-C” en el nuevo centro al que han llegado…
Éste es el caso de “Jose”.
Participó hace cinco ediciones con sus alumnos de 3º de primaria en un colegio de Arroyomolinos con un libro titulado Cuentos de misterio. Se ve que el género de intriga le va pues, en la conversación que mantuvimos por teléfono, me habló de “una propuesta diferente” que tenía en mente poner en marcha si yo estaba de acuerdo.
Me comentó que una alumna de sexto del CEIP Santo Ángel de la Guarda en Chapinería, que devoraba libros y escribía “como si no hubiera un mañana”, tenía la ilusión de ver sus cuentos publicados como “autora en solitario”. El guante estaba echado y…se lo recogí sin apenas dudarlo. ¡De acuerdo! Tendría su propio libro siempre y cuando fuera vinculado a la causa solidaria del libro de cuentos escrito entre toda la clase y, como reto añadido, tendría que crear su propia campaña de marketing para recaudar fondos para la causa solidaria.
Así, esta mañana me he llevado una doble sorpresa:
La primera, el aterrizar en un pueblo precioso camino de “los pantanos” donde, a pesar del frío, lucía un sol radiante y el paisaje, así como los escritos en las paredes del colegio, invitaban a sonreír…
La segunda sorpresa ha sido enterarme de que otra niña MÁS se había animado también a debutar en solitario para colaborar con la causa solidaria que l@s propi@s chic@s habían escogido: Grupo AMÁS. El motivo, su cercanía. Uno de sus compañeros al que quieren y aceptan “con sus diferencias” (¿y quién no las tiene?) conoce de primera mano la labor que realizan desde AMÁS, de la cual él y sus familiares se benefician directamente.
Para contarles un poco mejor a estos escritores solidarios qué es el Grupo AMÁS, se han desplazado hasta allí cuatro miembros del equipo de Servicios de Apoyos a la Infancia y Adolescencia (STEIA).
Paula, Alba, Patricia y Esther han sido las encargadas de, mediante medios audiovisuales y el juego (¡cómo no!), explicarles a los alumnos de sexto qué implican palabras como: inclusión, diversidad, necesidades especiales, aprendizaje diferente y, sobre todo, desmentir alguno de los mitos sobre ellas. ¡Incluso hemos aprendido cómo se dice “jugar” con el signo de manos!
Una vez más nos hemos dado cuenta de lo diferentes que somos todos y lo enriquecedoras que son precisamente esas diferencias. ¡Qué aburrido sería si todos fuéramos clones, si todos vistiéramos igual, pensáramos igual, reaccionáramos igual, sintiéramos igual…!
Y son precisamente esas diferencias las que nos hacen mirar hacia dentro de nosotros y CRECER.
Lo importante es aprender a no ver límites sino rutas alternativas.
Porque las personas que tienen alguna discapacidad intelectual son personas “con las que y de las que” podemos aprender mucho: como que para ser feliz se necesita muy poco, que no todos somos iguales y que hay que aceptar las diferencias, y entender que un simple grano de arena para una persona puede ser una gran piedra para otra…tenga o no discapacidad.
Por ejemplo, creer que una persona con discapacidad vive en un mundo distinto al nuestro es una creencia limitante. Si cuestionamos su veracidad, llegaremos a la conclusión de que todos vivimos en nuestro “mundo particular”. El tener o no una discapacidad intelectual o física determinará ése mundo, de acuerdo, pero también lo hará el tener o no una baja autoestima o el tener o no falta de empatía o de generosidad…
He de decir que l@s chic@s han estado muy atentos y receptivos a lo largo de la visita a pesar de que les hemos dejado sin parte recreo, pero la ocasión merecía la pena y desde aquí les agradecemos su actitud tan positiva y entusiasta tanto con el proyecto de CEN con C como con su causa solidaria.