Si algo me gusta de CEN con C son las conexiones mágicas que me regala sin pedirlas, sin esperarlas.
La última me llegó hace un mes a través de las redes sociales. Se llama Teresa (@teresamusanga).
Teresa vivió una infancia tan, tan, tan feliz que le hizo crecer pensando que la vida era un camino de rosas sin espinas. Hasta que un día las rosas, la vida, no solo le mostraron que estaba equivocada ensenándole sus espinas si no que le hirieron en su parte más vulnerable: su corazón. Fruto de esos pinchazos conoció el dolor pero sobretodo se conoció a sí misma, y hoy es un alma generosa tan consciente de la suerte que tuvo al crecer rodeada de tanto amor, que no concibe la vida sin devolver parte de ese amor en forma de “lo que surja”…
Y lo que surgió primeramente fue conversación CAUSAl a través de las redes sociales que nos llevó a una conversación telefónica, donde nos dimos cuenta enseguida que las dos vibrábamos en niveles similares de energía. No hay palabras suficientes para describir la dicha que se siente cuando no es necesario traducir tu alma porque quien te está escuchando habla tu mismo lenguaje. Es un regalo, un auténtico regalo.
Y si hablamos de regalos, estas Navidades es mi deseo felicitaros con el nuevo logotipo de CEN con C tuneado a lo navideño que Teresa, de forma totalmente desinteresada, ha creado con su arte para colaborar con nuestra asociación.
Os deseo:
–Un 2022 “tan redondo” como nuestro proyecto y nuevo logotipo que os permita conectar con el origen de la vida
–Un 2022 que os permita “cerrar círculos” con el fin de ir sanando vuestras heridas
–Un 2022 que os conecte con vuestro “niño interior” para que podáis escucharlo y abrazarlo como se merece y por último
–Un 2022 lleno de cuentos, de historias, de relatos de todos los géneros sin despreciar ninguno porque al igual que una rosa necesita tener espinas; los personajes de un cuento necesitan reír y llorar, amar y sufrir…vivir y morir
¡¡FELICES FIESTAS DE CORAZÓN!!