Deporte y educación para un mejor futuro es la causa solidaria que l@s alumn@s de 5º de primaria del CEIP Pinar Prados de Torrejón eligieron para escribir los cuentos de su libro solidario.
Y si de deporte y educación hablamos, nada como el pasado fin de semana para verificar que ambos vocablos van de la mano.
El sábado 5 de mayo tuve la suerte de poder asistir a una masteclass de yoga solidaria en beneficio de la investigación sobre el cáncer de ovarios, y el domingo, día de la madre, lo celebré corriendo la Carrera de la Mujer por tercer año consecutivo en beneficio de la investigación del cáncer de mama.
Desde aquí animo a todo aquel que piense que “ya es tarde para ponerse a hacer deporte” porque el deporte no tiene edad y sí múltiples beneficios. Y lo dice una servidora que renegaba del yoga pensando que era “una pérdida de tiempo” y que si algo de tiempo tenía, no era para “relajarme” precisamente. Hasta que este año he dado con David, un yogui como él se define, que me tiene totalmente enganchada a sus clases. El yoga es, más que un deporte, una filosofía de vida que te invita a estar presente en el aquí y el ahora. Es un control mente cuerpo que te aporta entrenamiento para poder ser consciente de los momentos que vives para que seas tú la que pases por la vida y no al revés. Te aporta fuerza mental y te invita a centrarte en “ese ser que eres tú mismo al que tan poco caso haces a lo largo del día”. Y no tiene edad. Es un regalo de la vida que os animo a descubrir.
¡Y qué decir de correr! Llevo casi una década saliendo a correr tres días por semana llueva, nieve, haga calor, sea Navidad o Semana Santa, amaneciendo, atardeciendo, por parques, en carretera, en la arena…recuerdo haber parado durante un mes hace ya unos años a causa de una elongación de un ligamento “jugando” con mis hijos en un parque acuático . Nada me daba más envidia que ver correr a gente mientras que yo TENÍA QUE estar en reposo. Y en este caso sí, TENÍA QUE. La lesión no era algo que yo había ELEGIDO. Uno de esos día me prometí a mí misma que valoraría todos y cada uno de los días que pudiera volver a correr sin menospreciar ninguno, porque ahora que no podía, era cuando me daba realmente cuenta de su valor.
Ya hablé en mi última entrada de lo poco que valoramos las cosas cuando las tenemos. Como la salud. Uno nunca sabe cuándo puede faltarnos. Por eso para mí ese diálogo interior del tipo:
“Hoy llueve, mañana saldré; hoy hace mucho frío, mejor salgo mañana; hoy no me apetece pero seguro que mañana salgo…”
no me vale. Porque la vida me ha enseñado que “mañana” puede ser demasiado tarde y que EL PRESENTE, y por eso se llama así, ES UN REGALO.
Deporte sí, para educar la mente y alimentar el alma.
Sin excusas…