Si ayer cerré la entrada del blog dando las gracias a Mabel, una de mis “profes incondicionales”, hoy lo abro dando las gracias también…en este caso a Olga, una de mis “madres incondicionales” que allá donde van sus hijos, lleva a CEN con C bajo el brazo.
Olga fue mi contacto en el Colegio Balder y desde un primer momento tuvieron claro que colaborarían con Acción Alegra de la mano de Isabel. La historia personal que hay detrás me ha tenido totalmente enganchada durante los diez minutos que han tardado los alumnos escritores en tomar asiento…
Y a eso os invito yo también…
Isabel comenzó hace unos años, a través de una Ong, a ofrecerse como “familia de acogida” para niños y niñas de África que venían a España para someterse a operaciones quirúrgicas. Fueron varios niños a los que acogió antes de llegar Koffi. Él marcaría un antes y un después en sus vidas.
Koffi llegó con ocho años. Los hijos de Isabel estudiaban en el Colegio Blader que no dudó en abrirle también las puertas. Lo que parecía una acogida provisional como las anteriores se fue alargando en el tiempo por problemas de salud que iban surgiéndole a Koffi. Antes de tomar la decisión de que Koffi regresara a su país natal, Isabel decidió viajar hasta allí para allanarle el camino de vuelta y dejarle preparados ciertos anclajes como referencia. En ese viaje Isabel tomó conciencia de que enviar a Koffi de regreso a su país, con el cuadro médico que presentaba y los escasos medios que allí existían, era condenarle a una muerte segura. Su estancia allí también le hizo tomar conciencia de las necesidades de los niños y niñas africanos. Niños que no estaban escolarizados por falta de escuelas cercanas, porque las familias los necesitaban para trabajar en el campo y los que se podían permitir el lujo de asistir a la escuela tenían que caminar veinte o treinta kilómetros diarios debido a las grandes distancias.
Isabel regresó a España con dos objetivos claros: Koffi se quedaría con su familia en España y además pondría en marcha una iniciativa para construir una escuela que no fuera de paja y madera, más o menos céntrica, para las familias de los alrededores.
El primer objetivo, al depender de ella y de su familia, lo logró fácilmente pero el segundo…ése ya no dependía tan solo de ella. Se reunió con algunos amigos y pidió ayuda a familiares. Todo reducido a círculos muy pequeños… porque así es como comienzan los grandes proyectos. Isabel habló de su proyecto en el Colegio Balder y decidieron hacer una carreta solidaria para recaudar fondos. Con el tiempo, muchas ganas, muchos otros pequeños círculos que llegaban a otros círculos y mucha, mucha, mucha ilusión logró su segundo objetivo. La escuela ya no era un sueño, era una realidad.
Acción Alegra continua activa. Sus miembros, todos voluntarios, dedican gran parte de su tiempo libre a continuar creyendo que se puede ayudar desde aquí a los niños que están allí.
Con el proyecto de CEN con C sumarán otro poquito más para seguir sosteniendo los proyectos que tienen en marcha: una casa de acogida, becas para la escolarización, reconstrucción de escuelas y el mantenimiento de un dispensario.
Isabel ha animado a todos los profes allí presentes a viajar en agosto, que además de estar de vacaciones es el mejor mes “climatológicamente” hablando para visitar el continente africano. A Óscar, el profe de 4º B, se le ha quebrado la voz al responder a la invitación…el brillo de sus ojos le delataban por lo que Isabel ha optado por ofrecerle un emotivo abrazo a modo de despedida de esos que “alaaaaaargan la vida”.
Aprovecho para desearos a todos unas Felices Fiestas en compañía de vuestros seres queridos, unos llenarán las sillas con su presencia y otros nuestros corazones con su ausencia.
Muchísimas Felicidades a todo el grupo.
Grupo que es hacedor de felicidad.
Un abrazo muy fuerte,
Gracias Pedro, espero que tú también disfrutes de esa FELICIDAD.
Un placer y un lujo CONTAR contigo 🙂
Mj