Volver con las mismas ganas de siempre no siempre es fácil, pero parece que “la vida” se afana y se empeña en no ponérnoslo demasiado difícil…Eso sí, siempre y cuando la labor de “pico-pala” no decaiga en ningún momento… Ya se sabe “a Dios rogando…”
Este curso hemos cerrado filas con 13 colegios con casi medio centenar de clases detrás, 6 libros de niñ@s como autores en solitario y 1 libro de un padre que, por fin, se ha animado a darle visibilidad a su obra por una buena causa.
A lo largo de estos meses os iremos descubriendo a los grandes protagonistas de “este cuento” que estoy segura, no os dejarán indiferentes…
Nuestra primera protagonista se llama Elisabeth y ama la música desde que tiene uso de razón pero, como me contaba esta mañana, nunca tuvo talento musical. Así pues, tras varios años de trabajo en una oficina, comenzó a acumular una gran experiencia laboral en el mundo de la música ligada a la organización de eventos y conciertos, algo que sí se le daba realmente bien.
Hasta que en el año 2005, Andrea, la hija de unos amigos le habló de la existencia de un coro en un orfanato de Uganda y de la posibilidad de traerles a España para que dieran un concierto. Elisabeth les envió varios profesores con el fin de prepararles “algo” antes de traerlos. Tras dos meses y medio de trabajo intensivo ese “algo” acabó convirtiéndose en un “increíble pero cierto” pues la música y la danza corrían solas por las venas de esos chicos.
Elisabeth incumplió por primera vez una de sus reglas, la de contratar algo que todavía no había visto ni escuchado. Pero se dejó guiar por su intuición y los chicos dieron su primer concierto en la Estación de Atocha en Madrid. Tras el éxito de este concierto decidieron tocar en los trenes del metro ¡e incluso les cedieron el Palacio Real! Por supuesto todo esto dio mucho de qué hablar y Elisabeth fue entrevistada en la radio. CAUSAlmente Pilar, directora por aquel entonces de la Escuela Libre Micael, escuchó la entrevista y se puso en contacto con Elisabeth. El coro llegó a la Escuela y una madre preguntó si su hijo podía apadrinar a alguno de esos chicos. La respuesta no se hizo esperar. A este apadrinamiento le siguió el de la hermana del primer padrino y…cuando se quisieron dar cuenta ¡todos los chicos estaban apadrinados por familias de la Escuela!
Los chicos del coro volvieron al orfanato de Uganda y Elisabeth y su marido, que habían caído rendidos a sus pies totalmente enamorados de estos niños, se comprometieron a enviarles ayuda. Pero el dueño de aquel lugar decidió echar a la calles a todos los niños que habían viajado a España dejándoles de nuevo sin hogar. Aquel día fue un punto de inflexión en las vidas de Elisabeth y su marido. Afortunadamente contaban con el apoyo de las familias de la Escuela Libre Micael. Primero decidieron llevarles a colegios internos trayéndoles a España en los meses no lectivos pero pronto se dieron cuenta de que necesitaban dar un paso más y acabaron creando su propio hogar y sobretodo su propio proyecto: el de ayudar a estos chicos “hasta el final”; es decir, hasta que pueden valerse por sí mismos.
En todos estos años se han ido unos y han entrado otros, pero hoy unos cuantos, como Moses, vuelan ya con sus propias alas.
Moses llegó al hogar con 8 años y llevaba en la calle desde los 4. Nadie sabía de dónde venía. Moses solo sonreía, apenas hablaba y estaba loco por la música. Un día, cuando tenía 16 años, “la vida” quiso obrar uno de esos pequeños milagros… Moses fue a una iglesia atraído por su coro, no era la iglesia que frecuentaba pero la música que allí se escuchaba le encantaba. A la salida alguien le reconoció: era su madre. Y por fin la historia de Moses salió a la luz. A los 4 años el padre de Moses le alejó de su madre y se lo llevó a una casa con otra mujer y los hijos de ésta. Moses se escapó y se perdió por las calles de la gran ciudad sobreviviendo y vagando por ellas hasta que encontró “el hogar”. Hoy en día Moses es un joven alegre y simpático que lleva todo su carisma a su profesión de chef, aderezando todo lo que cocina con una buena dosis de música pues…la música es ese “alimento para el alma y para el corazón” capaz de SALVAR VIDAS.
Y colorín colorado este cuento solo ha comenzado…
Ahora les toca el turno a l@s alumn@s de 6º y 7º de la Escuela Libre Micael. Ellos escribirán cuentos para colaborar con MÚSICA PARA SALVAR VIDAS, el proyecto de Elisabeth y su marido, contribuyendo así al vuelo de otros chicos. Y no solo lo harán en grupo, tres de estos chicos: Salvador, Nora y Alba lo harán también con sus libros de AUTOR/A.
Como veis empezamos con “buen ritmo” 🙂
Antes de cerrar la entrada os dejo información sobre los próximos conciertos del grupo musical Aba Taano con 11 premios internacionales a sus espaldas, un plan familiar muy asequible que estoy segura no os dejará indiferentes…
http://www.abataano.com/es/proximos-conciertos/
Viernes 11 noviembre a las 19:00 horas
Auditorio Marcelino Camacho // C/Lope de Vega,40
Sábado 12 noviembre a las 19:00 horas
Sala Margarita Xirgú // Alcalá de Henares
Domingo 20 noviembre a las 12 horas
Casa de la Cultura // El Boalo
Domingo 27 noviembre a las 18:00 horas
Teatro Montalvo // Cercedilla