¡YO ME QUEDO AQUÍ!

-¡Yo me quedo aquí!

Esta frase se la he escuchado decir a una alumna de 5 años del CEIP Ortega y Gasset mientras pisaba con sus dos zapatitos uno de los varios folios en blanco que, a modo de “casa”, Charo y Elena de Federación Autismo Madrid, habían repartido por el suelo.

Como la vida misma, se trataba de un juego. Mientras sonaba música, los niños y niñas de 5 años y 2º de primaria tenían que bailar para, al cese de la misma, buscar un folio rápidamente y situarse sobre él o, al menos, tocarlo. La idea era ayudar al compañero que no era capaz de encontrar un pedacito de folio libre.

Pero ella no, ella lo tenía claro:

-¡Yo me quedo aquí!

En “casita”, claro, donde se sentía segura, en su “zona de confort”, donde el miedo no tiene cabida.

Si nos paramos a pensar, no hace falta ser una niña de 5 años para aferrarnos a la seguridad de “lo conocido”, porque lo “desconocido”, lo “diferente”…nos asusta, nos da miedo. Nos da miedo no ser capaces de encontrar un pedacito de folio blanco libre y preferimos permanecer quietos sobre él, aunque el coste de oportunidad sea dejar de bailar al son de la música mientras reímos y nos sentimos libres compartiendo ese momento de alegría con los demás.

Todos tenemos miedo. Además de ser molesto es algo de lo que no nos sentimos especialmente orgullosos. Sin embargo, los momentos en que tenemos miedo son la oportunidad perfecta para entendernos mejor a nosotros mismos.

¿Y cómo contrarrestamos ese miedo? Con AMOR. No hay otra. Ofreciéndole una mano generosa a la niña-del-folio-inmóvil para invitarle a disfrutar del baile sabiendo que, pase lo que pase, entre todos, logrará encontrar un trocito de folio donde sentirse segura cuando la música deje de sonar…

Desde CEN con C os invitamos a contrarrestar el miedo no  positivo con Amor.

El amor procede del alma, mientras que el miedo es todo aquello que nos impide conectar con el corazón. Este tipo de miedo es totalmente diferente al miedo positivo, como el de la sensación de amenaza física que puede sentir nuestro pirata Garrapata cuando se siente amenazado por un temible cocodrilo…

Miedo es lo que puede sentir un niño con TEA cuando escucha mucho ruido o cuando alguna de sus pautas conductuales (que le aportan seguridad) varían. En ese caso, la solución es sencilla. Contrarrestar su miedo con nuestro amor, tendiéndole nuestra mano para que, todos juntos, podamos disfrutar de la música de la vida.

El miércoles seguimos con nuestras visitas. En esta ocasión son los alumnos de 5º de primaria del CEIP Pinar Prados de Torrejón quienes nos esperan acompañados de Infancia sin fronteras.

Allí os esperamos como canta Rosana: SIN MIEDO.

¿ME ECHAS UNA MANO? ¿Literal o figuradamente? Porque si es LITERAL…

Así les explicaba Elena de Federación Autismo Madrid a los alumnos de 1º, 2º, 5º y 6º de primaria del Colegio Zola en las Rozas cómo se pueden sentir los niños y niñas con TEA al escuchar frases de doble sentido porque son diferentes  (¿y quién no lo es?) e interpretan la información que les llega desde su punto de vista…diferente.

No he podido cuanto menos que sonreír cuando, al explicarles a los más mayores que el objetivo de CEN con C era el conseguir que l@s niñ@s escribieran cuentos para ayudar a otr@s niñ@s, un alumno del aula de detectives (aula TEA) en un tono muy solemne y muy respetuoso, con una mirada muy seria y entrelazando los dedos de sus manos al frente mientras éstas reposaban sobre la mesa, me ha dado la enhorabuena por “tan grata iniciativa”. Al término de su intervención le he agradecido de corazón sus palabras lanzándole un beso al aire que, me consta, ha recibido con gran orgullo…y solemnidad 🙂

Todavía recuerdo la anécdota del curso pasado cuando Antonio, voluntario de Bir Lehlu que ofrece apoyo al pueblo Saharui, comenzó a responder a las dudas que le planteaban los alumnos que iban a colaborar escribiendo cuentos para dicha asociación.

  • “¿Hay cobras?” – preguntó uno de los chicos desde su particular punto de vista de niño, donde lo más interesante era el desierto y sus animales más que la gran labor humanitaria que pudiera realizar Antonio en esas tierras…

  • “¿Que si ahí cobro? No, claro que no…los voluntarios no cobramos” – respondió Antonio desde su particular punto de vista de adulto cansado, quizás, de que su labor fuera cuestionada por algunas personas…

  • “Ya – insistía el niño- pero ¿hay o no hay?”

Ni Antonio ni el alumno curioso eran personas con TEA pero cada uno tenía su particular punto de vista sobre la información que se estaba tratando y cada uno la interpretó “a su manera”.

Por eso Elena y Noelia han insistido una vez más en desmitificar creencias que no ayudan a la inclusión de personas con TEA y en sensibilizar a l@s niñ@s.

Para ello se han servido de un par de juegos para los más mayores y de un cuento para los pequeños. Con los mayores hemos podido comprobar lo difícil que es hacerte entender y lo complicado que es comprender a otro, cuando no puedes hacer uso del lenguaje oral; o lo desconcertante que puede llegar a ser tratar de adivinar el nombre de un animal cuando los códigos o las reglas que están siguiendo tus compañeros no son “lógicas” dentro del esquema mental “normal” al que estamos acostumbrados.

A lo largo de mi vida, y cada día más, he podido comprobar cómo lo normal y lo lógico puede ser no tan normal ni tan lógico para otras. En mi caso, como persona a la que podría colgarme etiquetas como las de: madre, esposa, hija, hermana, cuñada, nuera, tía, amiga o profesional y con mi particular forma de entender la vida, mis valores, mis creencias y experiencias; las mayores decepciones y frustraciones sufridas me han llegado siempre de la mano de “la diferencia”. Porque cuando esperas que todos los demás sientan, piensen, reaccionen y actúen como tú lo harías porque es lo lógico y normal…la caída está servida. Y duele. Pero se aprende. Especialmente de las peores experiencias, que llegan a convertirse en nuestras mejores maestras si somos lo suficientemente inteligentes como para aprovechar esa oportunidades de aprendizaje. Pero también de la mano de esa diferencia he podido crecer y evolucionar, madurar, aprender y respetar. Por algo decimos que la diferencia enriquece y por eso hay que incluirla en nuestras vidas.

Hoy, afortunadamente, los niños y niñas del colegio Zola han podido aprender con una buena experiencia gracias  a Elena y Noelia que desbordaban vitalidad, simpatía, cariño y buen hacer.

El próximo lunes tenemos la gran suerte de volver a disfrutar de una visita de sensibilización de Federación Autismo Madrid, esta vez en el CEIP Ortega y Gasset.

Os deseo un feliz fin de semana lleno de experiencias diferentes 🙂

Un “lunes-a-primera-hora”…DIFERENTE :-)

Que todos somos diferentes no lo pongo en duda.

No recuerdo con exactitud a cuántas visitas de sensibilización he podido asistir con alumnos de cinco años a lo largo de mi última década. Todas y cada una de ellas han sido diferentes pero la de esta mañana, además de diferente, ha sido sorprendente…

Ir “de-lunes-a primera-hora” a la biblioteca de un colegio para tratar de “despertar” a casi medio centenar de niños y niñas de cinco años, tiene su mérito. Pero más mérito tiene todavía, descubrir al llegar que están todos  en modo” viernes-a-última-hora” y lejos de despertarles, tu objetivo es conseguir centrar toda su atención sobre ti.

Menos mal que para eso llevo conmigo al pirata Garrapata.

-¡Es una marioneta!

-¡Eres tú la que habla!

-¡Estás moviendo la boca!

Si con todos eso comentarios he sido capaz de seguir adelante y crecerme frente a un público tan exigente, doy por hecho que la tarde de hoy en casa con tres adolescentes va a ser todo un paseo.

Me quito el sombrero ante Sara y Susana, las profes de cinco años del CEIP Pablo Sarasate que lidian con ellos a diario y no solo un ratito como nosotras. Para que luego se diga que la labor de un docente es tarea fácil…

Y me lo quito también ante Charo y Maite de la Federación Autismo Madrid que han conseguido metérselos en el bolsillo aún a riesgo de dejarse la voz por el camino. Esta mañana hacernos escuchar ha sido nuestra máxima prioridad.

Y así, entre un juego donde había que elegir una mascota, bautizarla y definir sus gustos y preferencias para darnos cuenta de que no a todos nos gusta lo mismo; una sesión de títeres donde a un pequeño tigre le regalaban una colección de caracolas con las que solo disfrutaba jugando poniéndolas en fila y que solo comía guisantes los lunes y por último un juego donde había que bailar mientras sonara la música y pisar un folio cuando cesara ayudando a los compis a que todos pudieran pisarlo…ha concluido nuestra visita de sensibilización.

Ahora que llegan los catarros de otoño, aprovecho para recordar que de la misma forma que a una persona con gripe no se le etiqueta refiriéndonos a ella como que “ES” una persona griposa, sencillamente tiene gripe; las personas con TEA no SON autistas, TIENEN autismo.

Estas visitas de sensibilización tienen como objetivo, además de acercar una realidad diferente a los niños y niñas que escriben, desenterrar estigmas y mitos que dificultan la INCLUSIÓN (que no la integración) de personas CON TEA.

Y sí, hoy más que nunca he podido comprobar que todos somos diferentes…estos dos grupos de cinco años me han dejado muy claro que no todos reaccionamos igual frente a los-lunes-a-primera-hora.

 

INCLUYE LA “HISTORIA DE UNA MIRADA”

Es mi deseo INCLUIR en la primera entrada de este curso escolar 2018-19 la historia de “una mirada”. Dicen que es bueno saber separar lo personal de lo profesional pero tras casi una década trabajando en CEN con C, ésa sigue siendo una de mis asignaturas pendientes porque, en mi caso, siento que una cosa va de la mano de la otra.

Por eso INCLUYO “la historia de Lucía”, “Lu” para los que la conocemos y la queremos.

Ésta, como os contaba, es la historia de “una mirada”. La mirada de Lucía. Una mirada que nos acompañó durante los 31 días que estuvo hospitalizada en La Paz. Me la puse como foto de perfil en wasap y todos los que la veían coincidían en lo mismo: “en la fuerza que transmitía”. Esa fuerza fue la que nos mantuvo a todos esperanzados a pesar de que los primeros días, las primeras horas, los primeros minutos, los primeros segundos pesaban como losas en los corazones de los que estábamos “al otro lado”. Fue esa fuerza la que hizo que la balanza se decantara hacia la vida durante los cuatro días que estuvo en la UCI obrándose el primero de muchos pequeños milagros.

“Es una luchadora nata” – decíamos todos los que la conocíamos. “Saldrá de ésta”.

Pero el diagnóstico estaba ahí planeando también sobre nuestros corazones y no pintaba nada bien. La caída que sufrió mientras montaba a caballo, el día del cumpleaños de su padre, le puso de nuevo el contador de su vida a cero. Por muy optimistas que todos quisiéramos ser, la realidad (y el maldito Google tan tentador y traicionero en momentos así) nos decía, sin gritos pero también sin miramientos, que los daños cerebrales eran de grado tres. Sólo cabía confiar, confiar y esperar, y esperar un segundo más, esperar un minutos más, una hora más, un día más…tic, tac, tic, tac..

Y durante el tiempo que la mirada de Lucía luchaba por encontrar luz en la oscuridad en la que estaba sumida, sus padres se rompían a ratos y se recomponían a otros con ayuda de sus familiares y amigos más allegados.

“No hay un dolor más grande que éste, no hay palabras para describir lo que sentimos pero vuestro apoyo está siendo decisivo a la hora de poder afrontarlo”.

A los cuatro días del accidente Lucía fue trasladada a planta todavía “dormida”. Había que seguir esperando…Cinco días más tarde, en una mañana repleta de “señales”, intuición y esperanza sucedió el segundo milagro: Lucía comenzó a comunicarse con sus padres escribiendo en un papel aunque todavía no podía ver.

“¿Me voy a quedar ciega?”- preguntó.

Y poco a poco pero como si de pequeñas gotas de una cascada se tratasen, fueron sucediéndose, uno a uno, diminutos avances (o pequeños milagros): comenzó a decir palabras sueltas, a abrir los ojos, a fijar la mirada, a reconocer a sus familiares y amigos, a sentarse con ayuda, a caminar con ayuda, a ir al baño, a relamerse los labios “pintados” con Nocilla, a enfadarse, a llorar, a reír…pero sobre todo a INCLUIR en su disco duro “la realidad” de lo sucedido. Lucía llegó a pensar que todo lo que le estaba ocurriendo lo estaba soñando y tuvo un leve amago de bloqueo mental que le duró apenas unas horas. El tiempo que tardó una psicóloga en hablar con ella y hacerle “ver” lo que ella no quería ver. Pero de nuevo, la fuerza de su mirada pudo con ese plato que ella no había pedido y que la vida le estaba sirviendo en bandeja. Lo miró, lo analizó, lo retó a marcharse y cuando aceptó que iba a tener que tragárselo para poder disfrutar de suculentos platos de “postureo”, lo inundó con un torrente lágrimas y se lo zampó. No dejó ni las migas… ¡menuda es ella!

Hoy Lucía está en casa. Los médicos dicen que el mejor centro de rehabilitación es “su hogar” y sin lugar a dudas su mejor rehabilitador personal su hermano pequeño “J”. Todavía es pronto para conocer las secuelas derivadas de las lesiones en su cerebro. Acaba agotada al final del día pero sabiendo que la recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado y que, como decía Gandhi, un esfuerzo total es una victoria completa.

El camino de la recuperación es largo y difícil pero nadie dijo que vivir fuera fácil. El mayor logro de Lucía (y la mejor lección que hemos aprendido  o recordado gracias a ella) es saber que uno puede convertir en su mejor maestra la peor experiencia de su vida. Lucía ha sabido INCLUIRLA en su vida aceptándola con la fuerza de su mirada, con grandes dosis de superación personal, de arrojo, de coraje y de valentía.

Porque INCLUIR es tan necesario en la vida que existen asociaciones como APAIPA que se lo ponen como objetivo. APAIPA nació en el año 2004 de la necesidad de INCLUIR (que no integrar) a chavales con discapacidad motórica dentro y fuera de los centros educativos.

Hoy Charo, Presidenta de Apaipa, me explicaba pacientemente que la INCLUSIÓN e integración son términos que en muchas ocasiones se utilizan como conceptos iguales pero no son palabras sinónimas. Ella sigue luchando por sensibilizar a la sociedad. Su hijo Julio, al que hoy lleva en su corazón,  le sigue enviando “señales” para que continúe con la labor que comenzó pensando en él y en otros como él.

Fruto de mi innata curiosidad he buscado y hallado (en Google cómo no, tentador y eficiente en este caso) 10 diferencias que paso a enumeraros para vuestro conocimiento:

  1. La inclusión NO se centra en la discapacidad o diagnóstico de la persona. Se centra en sus capacidades.
  2. La inclusión educativa NO está dirigida a la educación especial, sino a la educación en general.
  3. La inclusión NO supone cambios superficiales en el sistema, supone trasformaciones profundas.
  4. La inclusión NO se basa en los principios de igualdad y competición, se basa en los principios de equidad, cooperación y solidaridad.
  5. La inclusión educativa se centra en el aula y NO en el alumno.
  6. La inclusión NO intenta acercar a la persona a un modelo de ser, de pensar y de actuar “normalizado”, acepta a cada uno tal y como es, reconociendo a cada persona con sus características individuales.
  7. La inclusión NO es dar a todas las personas lo mismo, sino dar a cada uno lo que necesita para poder disfrutar de los mismos derechos.
  8. La inclusión NO persigue cambiar o corregir la diferencia de la persona sino enriquecerse de ella.
  9. La inclusión educativa NO persigue que el niñ@ se adapte al grupo, persigue eliminar las barreras con las que se encuentra que le impiden participar en el sistema educativo y social.
  10. La inclusión NO disfraza las limitaciones, porque ellas son reales.

Como dicen que una imagen vale más que mil palabras, aquí os dejo este esquema de diferencias entre: exclusión, segregación, INCLUSIÓN e integración.

Algún día dejaremos de hablar de “educación para”…y entonces, hablaremos simplemente de EDUCACIÓN.

Y precisamente para hablarnos de INCLUSIÓN esta mañana han venido cuatro voluntarios de APAIPA: Javi, Andrea, María y Camino al CEIP Pinar de San José. El reto era grande porque se trataba de captar la atención de los más pequeños. Nada más y nada menos que cuatro clases de 5 años que están dispuestas a escribir cuentos para colaborar con ellos pero… ¿a cualquier precio? No, ellos también querían escuchar cuentos.

Con ayuda del pirata Garrapata hemos roto el hielo y el silencio a voz en grito con un: “Garrapata, Garrapata despiertaaaaaaa”, no fuera a ser que el cocodrilo se zampara el único ojo que le quedaba al pobre pirata.

Luego el equipo de voluntarios valiéndose también por unas magníficas marionetas hechas por ellos mismos, han escenificado un cuento donde un pez, un cangrejo, una tortuga y una rana “diferentes” lograban sentirse unidas por lo que les diferenciaba de sus “normales”: una aleta más pequeña, carecer de una pinza, tener la concha abollada o ancas muy cortas. Pronto se dieron cuenta de que la solución a sus problemas era normalizar LA DIFERENCIA con el resto de animales…e invitaron a todos a jugar y a divertirse con ellos.

Y así, entre cuento y cuento nos hemos ido todos contentos.

INCLUYO en mi despedida de hoy un abrazo para “Lu”, otro para Sonsoles luchadora nata también donde las haya y mi más cariñosa bienvenida a todos los participantes y seguidores de CEN con C.

BALANCE FINAL …CON “C” DE CORAZON

“Mamá, ¿Marcos se está jugando su futuro?”

Me preguntaba ayer Iván,  mi “peque” de 13 años, al recogerle de su entrenamiento de baloncesto sabiendo que su hermano mayor se está examinando estos días de la EBAU (Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad o lo que es lo mismo, nuestra Selectividad de toda la vida) .

No pude evitar sonreír, desde “muy pequeño” siempre ha tenido unas preguntas de “muy mayor” o, al menos, de las que te hacen pararte a pensar en tu frenética carrera del día a día…y eso, lo de pararte a pensar, no es poco con la vida que llevamos…

Son tantas y tantas las veces que pensamos que “de nuestras decisiones, de nuestros actos, de nuestras palabras” depende toooodo nuestro futuro; que vivimos tragedias innecesarias en nuestra mente sufriendo gratuitamente.

Nada, nunca, es tan grave como parece: suspender un examen (aunque sea la EBAU), perder tu trabajo, separarte de tu pareja, que te diagnostiquen una enfermedad, que un familiar enferme…incluso  la muerte de un ser querido…

Mi experiencia me dice que NADA ni NADIE puede determinar TU futuro. Que todo, como dijo Einstein, es relativo en este mundo. Que lo que nosotros llamamos “realidad” es tan solo la interpretación que nuestra mente consciente le ha dado a unos hechos concretos y PODEMOS cambiar de “realidad” tantas veces como queramos…

La pregunta de mi “peque” me traslada en el trayecto del proyecto de CEN con C,  a ese momento de inicio de curso cuando los datos de los que dispongo son: el número de colegios que van a participar, el número de niños y profesores que van a escribir cuentos, el número de causas solidarias que voy a involucrar y el número de libros que voy a regalar PERO desconozco cómo va a ser la respuesta de las familias. Llegados a este punto  siempre me asalta la duda de:

“¿Me estaré jugando la viabilidad económica del proyecto…?”

Pero como siempre digo, este proyecto tiene una doble contabilidad: la económica y la emocional.

En cuanto a la económica estamos dentro de la “semana mágica de las donaciones” donde, a lo que las empresas con ánimo de lucro llaman beneficios, nosotros llamamos donaciones. Este año han sido 4.484 euros materializados en 11 transferencias a 11 causas solidarias.

Y si nos centramos en la contabilidad emocional, el balance final arroja un saldo muy positivo a favor de todos los que hemos participado y de los que no (por eso de que “estamos todos conectados”). Un saldo lleno de sonrisas, llantos de emoción, abrazos, muuuchos abrazos, autoestimas reforzadas, sentimientos de unidad y solidaridad, fomento de la lectura y de la escritura y alas a la imaginación con mucha, mucha ilusión…

Con esta entrada me despido hasta el próximo curso no sin antes desearos un feliz verano que llegará, a pesar de que algunos tengan sus dudas sobre ello….Porque como decía mi querida abuela “no hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo resista” o lo que es lo mismo, nada es eterno, la vida es un continuo proceso de cambio donde toooodo fluye…

¡FELIZ VERANO!

VIVIR CON “REALUSIÓN”…WHY NOT?

El otro día en casa disfruté con mis hijos adolescentes con un breve pero intenso debate sobre qué era mejor: ser pesimista u optimista en la vida.

Tras muchas risas con sus ocurrentes salidas concluimos en que lo mejor no era ser ni una cosa ni otra, sino REALISTA pero con ILUSIÓN. De ahí que hoy me diga a mí misma que en esta vida nunca hay que perder la REALUSIÓN.

Siguiendo con la lógica aplastante de los adolescentes y enlazándola con el concepto de FELICIDAD, me viene a la memoria el ALGORTIMO sobre la FELICIDAD de Mo Gawdat.

Mo Gawdat, el Chief Business Officer de Google X, tras perder a su hijo de 21 años por una negligencia médica, se empeñó en descubrir qué nos hace felices concluyendo en una ecuación aparentemente sencilla: la felicidad es la diferencia entre la percepción de los acontecimientos de nuestras vidas y las expectativas que tenemos sobre ella.

“Es decir, no se trata de ver el vaso medio lleno o medio vacío, sino de aceptar el agua que tengamos.”

Mo Gawdat

Y yo añado: sí, aceptar que el vaso está a la mitad sin más pero aceptarlo con ILUSIÓN.

Por eso ayer cuando entré en el polideportivo del CEIP Virgen de la Peña en Manzanares el Real y vi en la pared el asombroso rocódromo que tienen ahí los chavales sonreí…

Sonreí porque me recordó a todos y cada uno de los proyectos con los que nos ilusionamos en nuestra vida. Todos y cada uno de ellos tienen un comienzo y un final. Todos comienzan por abajo, con un “levantar la vista hacia arriba” contemplando todo lo que nos queda por escalar mientras nos preguntamos si seremos capaces…

Un pesimista diría :“no puedo”.

Un optimista diría: “seguro que puedo”.

Un realista diría:“de momento voy a intentar llegar al primer saliente”.

Pero un realista-ilusionado diría:“voy a intentar llegar al primer saliente con la ilusión de llegar hasta el final (o con el corazón a flote como me escribió un día mi padre) ”.

¿Y qué pasa si no llego cuando yo tenía pensado, como yo esperaba y del modo que quería…?

Ahí radica el secreto de la felicidad…si soy capaz de gestionar esa diferencia de una forma positiva, poniendo el foco de atención en lo que puedo aprender sobre mí para evolucionar hacia una mejor versión de mí misma…Entonces, esa diferencia habrá merecido la pena porque habré transformado el sufrimiento y la decepción en aprendizaje.

Cuando planteo a los nuevo profes el proyecto de CEN con C y lo hago de corazón, ilusionada, deseando que se animen a participar para que sus alumnos puedan disfrutar de esta experiencia y podamos ayudar, llegar y concienciar a más…soy muy consciente de que no todos los profesores van a vivir el proyecto de la misma manera. Que por muy ilusionada que yo esté, habrá algunos que decidan no participar, otros que se lo pensarán, algunos que sí, que se apuntan y unos pocos me esperarán a la salida de la reunión para decirme con un brillo especial en los ojos que se han enamorado del proyecto, que les encanta y que están deseando comenzar a vivirlo…

Tratar de que las cosas ocurran siempre exactamente como nosotros queremos es pelearse con la vida un día sí y otro también. Y desgasta ¡vaya si desgasta!

Así que…por qué no vivir sin perder la REALUSIÓN de ser fiel a uno mismo y a sus sentimientos, actuar de corazón y no “por quedar bien de cara a los demás”, proponer planes siendo consciente de que no van a salir como hemos imaginado sin juzgar a nadie por ello y rechazar, sin sentirnos culpables, aquellas propuestas que ya sabemos de antemano que no van a sumar en nuestra vida…WHY NOT? Como diría mi primogénito…

Afortunadamente ayer por la mañana la diferencia entre la percepción de los acontecimientos vividos en los CEIP Virgen de la Peña y CEIP Ángel León y las expectativas que tenía sobre ellos, fue mínima. Los alumnos de 1º y 5º de primaria del CEIP Virgen de la Peña y los de 5 años del CEIP Ángel León junto a sus profesores supieron estar a la altura de las circunstancias y todos pudimos disfrutar de momentos únicos e irrepetibles sabiendo que estábamos colaborando con una bonita causa: la investigación del cáncer infantil de la mano de la Asociación Pablo Ugarte  (la APU para los amigos).

Aquí os dejamos las últimas fotos de familia y las portadas con la ILUSIÓN de volver el curso próximo para seguir regalando libros, sonrisas, ilusión, solidaridad y momentos…muchos momentos únicos e irrepetibles…

En breve realizaremos las donaciones a las 11 causas solidarias con las que hemos colaborado este año.

¡Os mantendremos informados antes de desearos un feliz verano!

TRANSFORMAR EL DOLOR EN ALGO HERMOSO

A falta de algo más de una semana del primer aniversario de la muerte de mi padre, esta mañana en el aula de 6º del CEIP San José Obrero (antiguo colegio de mis hijos) y de la mano de mi sobrino-ahijado-tocayo Jesús; he escogido nuevamente transformar el dolor por su ausencia en algo hermoso…

El dolor está fuera de nuestro control, no se elige, no es opcional pero afortunadamente personas como Víctor Frankl nos recuerdan que:

-Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas —la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias— para decidir su propio camino.

Si no está en mis manos cambiar la situación de que mi padre ya no está y esto me produce dolor, sí puedo escoger la actitud con la que afrontar ese sufrimiento.

Cada nuevo día al levantarme mi mente me recuerda que mi padre murió. Pero como cualquiera de vosotros,  yo también tengo el control sobre mis pensamientos, y por eso le respondo diciéndole: “lo sé, pero ahora mi padre VIVE en mí”. El primer pensamiento me lleva a pensar en la pérdida y me conduce al sufrimiento. El segundo, en cambio, me despierta el agradecimiento de que soy quien soy, en gran medida, gracias a él. Él, junto con mi madre, me dio raíces y alas. Y por eso mientras yo viva, mientras siga vivo su recuerdo, él seguirá viviendo en mí y a través de mí.

Pues bien, ese “algo hermoso” en que se ha transformado esta mañana el dolor por su ausencia, ha llegado en forma de dedicatoria en la primera página del libro solidario SUEÑOS CON CORAZÓN escrito por mi ahijado Jesús y sus compañeros:

Jesús ha sido el encargado de leer estas palabras y las siguientes, trabándose en alguna que otra fruto de la lógica emoción sentida en esos momentos:

¡Gracias campeón, lo has hecho fantásticamente bien! Y gracias por tu dedicatoria improvisada en mi ejemplar, tan espontánea como esos abrazos que tanto me llenan 🙂

Estoy segura de que mi padre hoy estaba allí, sus “señales” me siguen llegando para recordarme que su energía sigue intacta. Esa energía no es más que lo único que trasciende cuando nos vamos de este mundo a otra dimensión: el Amor con mayúsculas. Y no, no lo digo como como religiosa cristiana, ni musulmana ni budista. Lo digo como “creyente” en la bondad del ser humano y en que nuestra auténtica riqueza es el bien que hacemos al mundo.

Por eso volvía a repetirles lo mismo a los alumnos de 5º de primaria del CEIP Infanta Elena que también han escrito cuentos para colaborar, un año más como el CEIP San José Obrero, con la Fundación Menudos Corazones. Les insisto sin cansarme sobre el verdadero VALOR del libro que les regalo: el bien que hacen a personas que no conocen con el sencillo acto de escribir un cuento. Esa satisfacción, y no la del “ego”, es la que realmente les llena, les llega y les toca el corazón.

La próxima semana cerramos filas con los dos últimos colegios. Nos vendrá genial una escapadita a la sierra madrileña para presentar los libros del CEIP Ángel León y CEIP Virgen de la Peña Sacra colaborando ambos con la Asociación Pablo Ugarte.

Os deseo un buen fin de semana y… la mejor elección de pensamientos:

VIDA: “¡GRACIAS POR TANTO!”

Ya lo decía ayer…aprovecha el PRESENTE porque lo que ocurra mañana no está bajo tu control.

Y si no que se lo digan a Jani (o Juani como le llaman en su actual colegio). Nos conocimos hace ya unos años en el antiguo colegio de mis hijos, primero como profe y luego como “profe-colaboradora-debota-de-cenconc”. Por eso cuando se fue a al CEIP Gonzalo Fernández de Córdoba se llevó a CEN con C bien metidito en sus cajas de mudanza. Y nuestros caminos se volvieron a cruzar. Jani es de las que se lanza a la piscina de cabeza sin dudarlo (le encanta la natación y la practica siempre que puede). Y si le falta el aire (y este año doy fe de que a punto ha estado de necesitar unos buenos primeros auxilios), toma impulso desde bien abajo y saca la cabeza para aspirar una buena bocanada antes de zambullirse de nuevo en “lo que ya ha empezado”. Porque ella no es de las que deja las cosas a medias, ni de las que “todo le vale”, si hay que morir con las botas puestas allá que va…

Y en ello está estos días…pero más que con las botas puestas, en este caso, con las botas colgadas por un tiempo. Porque además de nadar, también corre. Le cogió el gustillo hace unos años. Primero comenzó por eso de compartir tiempo con su marido, pero acabó por  engancharse tanto, que su cuerpo le ha dado un toque de atención y estos días está de baja.

Por eso esta mañana en la biblioteca del CEIP Gonzalo Fernández de Córdoba sus alumn@s de 3º de primaria y una servidora le hemos echado mucho de menos. Y cuando digo mucho, igual me quedo corta. Porque Jani es de esas personas que irradian luz, que te regalan abrazos de los que te hacen cerrar los ojos y te transmiten energía de la buena. ¡¿Cómo no echar a faltar a alguien así?! Espero que los aplausos que le hemos brindado y los besos  lanzados al aire le hayan llegado para que pronto esté al frente de su barco, como buena capitana que es.

Pero no solo han escritos las dos clases de tercero de primaria, también lo han hecho l@s alumn@s de 5 años de las clases de Pedro y Charo. Pedro es veterano ya en esto y su compañera Charo no ha querido ser menos. Han escrito dos cuentos preciosos en un libro con un título de lo más original:

Cuentos conscientes para niños y niñas con enfermedades poco frecuentes.

Y es que estos chicos han decidido colaborar con ASFAPE, la Asociación de Familias con Síndrome de Perthes. Y como decía Pedro, que está muy sensibilizado con las enfermedades raras:

“Es precisamente a este tipo de enfermedades a las que hay que dar más visibilidad”.

Pues bien, gracias a colegios como éste con personas como Jani, Pedro, Charo o mi tocaya, la imparable Jefa de Estudios…podemos seguir creando conciencia escribiendo cuentos “conscientes”….

Mañana cerramos la semana con dos colegios de los más veteranos: el CEIP San José Obrero y el CEIP Infanta Elena que, como ya viene siendo habitual, colaboran un año más con la Fundación Menudos Corazones. El día de mañana promete pero de momento…me quedo con el PRESENTE:

VIDA:¡GRACIAS POR TANTO!

DEPORTE PARA EDUCAR LA MENTE Y ALIMENTAR EL ALMA

Deporte y educación para un mejor futuro es la causa solidaria que l@s alumn@s de 5º de primaria del CEIP Pinar Prados de Torrejón eligieron para escribir los cuentos de su libro solidario.

Y si de deporte y educación hablamos, nada como el pasado fin de semana para verificar que ambos vocablos van de la mano.

El sábado 5 de mayo tuve la suerte de poder asistir a una masteclass de yoga solidaria en beneficio de la investigación sobre el cáncer de ovarios, y el domingo, día de la madre, lo celebré corriendo la Carrera de la Mujer por tercer año consecutivo en beneficio de la investigación del cáncer de mama.

Desde aquí animo a todo aquel que piense que “ya es tarde para ponerse a hacer deporte” porque el deporte no tiene edad y sí múltiples beneficios. Y lo dice una servidora que renegaba del yoga pensando que era “una pérdida de tiempo” y que si algo de tiempo tenía, no era para “relajarme” precisamente. Hasta que este año he dado con David, un yogui como él se define, que me tiene totalmente enganchada a sus clases. El yoga es, más que un deporte, una filosofía de vida que te invita a estar presente en el aquí y el ahora. Es un control mente cuerpo que te aporta entrenamiento para poder ser consciente de los momentos que vives para que seas tú la que pases por la vida y no al revés. Te aporta fuerza mental y te invita a centrarte en “ese ser que eres tú mismo al que tan poco caso haces a lo largo del día”. Y no tiene edad. Es un regalo de la vida que os animo a descubrir.

¡Y qué decir de correr! Llevo casi una década saliendo a correr tres días por semana llueva, nieve, haga calor, sea Navidad o Semana Santa, amaneciendo, atardeciendo, por parques, en carretera, en la arena…recuerdo haber parado durante un mes hace ya unos años a causa de una elongación de un ligamento “jugando” con mis hijos en un parque acuático . Nada me daba más envidia que ver correr a gente mientras que yo TENÍA QUE estar en reposo. Y en este caso sí, TENÍA QUE. La lesión no era algo que yo había ELEGIDO. Uno de esos día me prometí a mí misma que valoraría todos y cada uno de los días que pudiera volver a correr sin menospreciar ninguno, porque ahora que no podía, era cuando me daba realmente cuenta de su valor.

Ya hablé en mi última entrada de lo poco que valoramos las cosas cuando las tenemos. Como la salud. Uno nunca sabe cuándo puede faltarnos. Por eso para mí ese diálogo interior del tipo:

“Hoy llueve, mañana saldré; hoy hace mucho frío, mejor salgo mañana; hoy no me apetece pero seguro que mañana salgo…”

no me vale. Porque la vida me ha enseñado que “mañana” puede ser demasiado tarde y que EL PRESENTE, y por eso se llama así, ES UN REGALO.

Deporte sí, para educar la mente y alimentar el alma.

Sin excusas…

DOLORES QUE ALIVIAN OTROS DOLORES

Dicen que uno solo se acuerda de Santa Bárbara cuando truena…y cuando se dice por algo será…

Justamente dos días antes de que me llegaran a casa 77 cajas con más de 4.000 libros para organizar, me levanté con una leve contractura en la espalda. Lejos de mejorar, a medida que se acercaba el día de la recepción  fue a peor. Llegó a ser tan intensa que el solo hecho de respirar me resultaba algo heroico. Acciones tan cotidianas como inclinarme para lavarme la cara por la mañana, calzarme, meterme en el coche, tomar una curva o cambiar de postura en la cama al dormir; me parecían en “ese momento” todo un mundo. Las 77 cajas llegaron y seguía con dolor pero tenía que, o mejor dicho, elegí hacer de tripas corazón y comenzar a organizarlas, eso sí,  acordándome de Santa Bárbara con tanto trueno de dolor en la espalda…

Probé a realizar posturas de yoga y durante un rato parecía que iba mejor, traté de no pensar en ello demasiado pero las punzadas de dolor seguían ahí por mucho que yo quisiera ignorarlas…

Pero la vida es tan, tan, taaaaan generosa y tan sabia, que no deja de ofrecernos oportunidades para aprender, crecer y evolucionar.

Por eso, estando todavía con la contractura, llegó la Feria del Libro a Pozuelo.  Tuve la gran suerte de compartir caseta con una gran mujer y escritora: Mar Paredes. Lo primero que evidencié fue que era invidente cuando le vi llegar con Noa, su perrita guía. A partir de ahí la tarde fue un auténtico regalo. ¿Que si me acordé del dolor de mi contractura durante las cuatro horas que compartimos…? No solo no me acordé si no que me pareció de lo más insignificante al lado de la historia de superación personal de Mar.

Mar no solo tenía una enfermedad inmune, “de las raras”, que le arrebató la vista en cuestión de dos meses, tampoco quiso privarse de un cáncer de mamá que le afectó a los dos pechos y que no pudo tratarse con quimioterapia por ser incompatible con su enfermedad, perdió el oído durante un mes aunque luego lo recuperó y un mes también fue el que estuvo en coma inducido mientras sus familiares y amigos temían por su vida. Además, Mar no recuerda ya qué es no sentir dolor. Esta misma tarde, al llamarle para pedirle permiso para escribir sobre ella, me contaba que justamente hoy le han subido la dosis de medicinas para combatir el dolor que le ha llegado a dejar inconsciente en más de una ocasión.

Ante un panorama como el de Mar escuchándole decir que su situación “tampoco es para tanto”, que no está tan limitada como la gente piensa y que para héroes Dani, el hijo de una de sus mejores amigas, una comienza a intuir que la capacidad de asombro del ser humano es infinita…Dani, a pesar de no tener a penas movilidad alguna y disponer de escasas herramientas de comunicación con sus seres queridos, nunca, nunca, nunca pierde la sonrisa.

“Si Dani puede seguir poniéndole una sonrisa a la vida todos los días, yo también puedo” – me contaba visiblemente emocionada.

Como podréis comprender, después de esa tarde con Mar, el dolor de mi contractura pasó a otro plano muy distinto del que llegó. Comprendí  lo insignificante que era frente a otras muchas realidades que mi ego había ignorado por completo. Comencé a sentirme incluso agradecida por cada una de las punzadas que me llegaban pues me recordaban el alivio que se siente cuando no las tienes y lo poco o nada que lo valoramos. Cambié mi pensamiento sobre ellas y en lugar de “temer que llegara la siguiente” sencillamente aguardaba su llegada para ofrecer ese pequeño dolor para aliviar el dolor de Mar, o el de mi amiga Sonsoles que sigue plantándole cara al cáncer día a día, o el de niñas como Cristina y Alejandra que saben también lo que es superar un cáncer, y el de tantas y tantas personas que conviven con el dolor a diario.

Personas también como Pauli, Monoli y Elena de la asociación Afinsyfacro afectadas de fibromialgia. Todavía recuerdo las palabras de  Pauli en la visita de sensibilización a los alumnos de 2º, 3º y 6º de primaria del CEIP Antonio Hernández y que hoy han recibido sus libros de regalo:

“No sabéis lo que daríamos por tan solo media hora de no sentir dolor” – decía Pauli que ahora ya es abuela y muchas veces le gustaría coger a sus nietos más de lo que su enfermedad se lo permite.

Por todas y cada una de estas personas dejé de quejarme por mi contractura y ofrecí mi dolor para aliviar el de los demás. Y es más, fiel a mi filosofía de vida en la que sé que se puede aprender siempre algo sobre uno mismo por muy mala que haya sido la experiencia, supe que aquella contractura era un nuevo recordatorio para NO OLVIDAR.

NO OLVIDAR DAR GRACIAS por  lo afortunada que había sido cada mañana al levantarme sin dolor de ningún tipo. Para NO OLVIDAR DAR GRACIAS por lo afortunada que soy porque puedo ver, puedo caminar, puedo escuchar, puedo hablar, puedo correr…para NO OLVIDAR Y DAR GRACIAS por tantas y tantas cosas…

Hoy os lanzo un nuevo reto: ofrecer vuestro dolor para aliviar el dolor de otras personas, o lo que viene a ser lo mismo, transformar la queja en ofrenda. Porque siempre hay una Mar a quien admirar, y un Dani al que Mar admirará…la cadena de admiración es infinita y está ahí para darnos cuenta del alivio que puede ofrecernos nuestro propio dolor, cuando lo ofrecemos para aliviar el dolor de los demás.

La próxima visita será el miércoles 9 a las 9 de la mañana en el CEIP Pinar Prados de Torrejón donde los alumnos de 5º han escrito cuentos para colaborar con Deporte y Educación para un mejor futuro.

No quisiera despedirme sin contaros qué fue de mi contractura. Tal cual vino se fue. Rechacé la queja y acepté el dolor y lo esperé…lo esperé, lo esperé pero ya no llegó. Imagino que la vida debió de darme un aprobado en esa asignatura para seguir ofreciéndome lecciones de otras asignaturas que, a día de hoy, se me siguen resistiendo…

Os deseo un buen fin de semana a todos y un feliz primer domingo de mayo, Día de la Madre.