Decía Confucio:
“Elige un trabajo que te apasione y no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida”.
No puedo estar más de acuerdo con él porque, además, esta parte del proyecto no solo NO ES trabajo si no que ES un regalo.
Presentar libros y regalarlos es crear sonrisas que te llevas puestas cuando sales de los colegios donde los alumnos han escrito cuentos. Y esta mañana el regalo ha sido doble pues hemos visitado dos colegios:
El de los alumnos de 2º de Primaria, CEIP Rayuela en Villanueva del Pardillo, que se estrena este año por primera vez y
el de los alumnos de 5º de Primaria, CEIP Infanta Elena en Pozuelo de Alarcón,uno de nuestros veteranos donde para ellos, nuestro proyecto, es ya todo un clásico.
Ambos con un mismo denominador común: sus cuentos han colaborado con la Fundación Menudos Corazones.
A primera hora de la mañana ya estábamos en la sala de música del CEIP Rayuela. No hemos podido escoger un lugar mejor pues antes de la entrega de los libros hemos leído El cuento de cuentos escrito por María Escudero, Presidenta de la Fundación Menudos Corazones. En él María nos cuenta la historia de Pedro, un niño como otro cualquiera pero con un corazón que canta…
“[…]Y canta con un sonido especial, un sonido único que no todos pueden escuchar. Pero los médicos sí. Ellos saben cómo escucharlo, porque ellos son los que se encargan de afinarlo para que el corazón de Pedro produzca el sonido más bonito que un corazón puede producir: el de la vida. Y cuando el corazón de Pedro está afinado es capaz de emitir la música más alegre y maravillosa que uno se pueda imaginar. Una música capaz de hacer que bailen todos los corazones que están a su alrededor. Y entonces, el corazón de Pedro no baila, sino que “vaila” y es que en los cuentos todo es posible, y a veces, como sabes, en la realidad también. […]”
¡Vaya que si en los cuentos todos es posible! ¡Hasta las faltas de ortografía para poder “vailar” de manera diferente pero bailar al fin y al cabo!
Su portada muestra lo orgullosos que se sienten estos pequeños de su colegio.
Y de allí “vailando” y volando nos hemos ido hasta Pozuelo de Alarcón a repartir Animales por el mundo.
¿Lo mejor? Que poco importa si el colegio es nuevo o repite, si escriben alumnos de 6 y 7 años o de 10 y 11 años…Las presentaciones se viven siempre como “la primera vez”. Porque las caras de expectación, los nervios y las sonrisas están siempre presentes. Porque la satisfacción del trabajo bien hecho y la sensación de estar sembrando las semillas de futuros ilustradores, escritores o sencillamente de personas solidarias y empáticas con los demás no cansa, no agota, no aburre…Todo lo contrario. Es en estos momentos cuando nos reafirmamos en nuestra decisión de continuar con nuestra labor porque… ¡recibimos tanto a cambio!
Hoy les decía a estos chicos que guardaran sus libros como un tesoro porque algún día ellos serán padres y madres y tendrán hijos a los que leerles cuentos por las noches. Es posible (muy probable con los tiempos que corren con tanta tecnología) que llegado ese momento su libro sea considerado una reliquia…pero allí estarán sus cuentos para ser compartidos con sus hijos como hoy sus padres lo hacen con ellos.
No dejéis nunca, nunca, nunca de leerles o de contarles historias porque con vuestras palabras ellos imaginan y crean y crear (como dice El cuento de cuentos) es lo que más ayuda a crecer.
La semana próxima visitaremos 5 colegios más.
¡¡¡No dejéis de leernos!!!!