Hoy hemos vuelto a crecer y ¡muuuucho!
Más, mucho más incluso que lo que lo hizo la curva del coronavirus en su momento más álgido.
Esta mañana gracias a las siete clases de 5 años del Colegio Malvar de Arganda del Rey que eligieron como causa solidaria a la fundación El sueño de Vicky en favor de la investigación sobre el cáncer infantil; hemos crecido en “esas cosas” no visibles más que para los ojos del corazón.
¿Se puede abrazar a un libro?
¡Sí se puede!
Doy fe de ello. Todavía tengo en la retina la imagen de una niña de cinco años abrazando a su libro como si fuera su muñeca más preciada, sosteniéndolo entre sus brazos y acunándolo al mismo tiempo que mantenía sus ojitos cerrados para, quién sabe, no despertar de su sueño.
Y si hablamos de sueños o de deseos, aquí os dejo algunos de los más significativos que est@s pequeñ@s han dejado por escrito como testimonio para los que vengan por detrás y no hayan vivido “esto” (como dice uno de ellos) en los siete ejemplares que llevan por título Los deseos de un gran equipo .
Sus deseos nos recuerdan cómo lo “normal” se puede volver “extraordinario”. Por eso no me cansaré nunca de realizar todos los días mi “momento-agradecimiento” a la hora de comer para recordarme y recordar a mi familia lo importante que es SABER VALORAR lo que tenemos HOY y estar agradecidos por ello porque mañana…Mañana será otro día…
Totalmente de acuerdo, A un libro sí se le puede abrazar.
Física o espiritualmente. Todos tenemos varios a los que solemos acudir para leerlos y releerlos.
Eso es abrazarlos, saber que tienen esa “vida”, que a través de su lectura te dan.
Un abrazo María Jesús y adelante .
Como “agua de mayo” ha llegado y como “agua de mayo” la leo, la acojo y la abrazo también.